Cosmoplasmas

El instituto para la investigación biológica aplicada, Emmanuel Plank, a las orillas del rió Efeo, anuncio en la mañana de hoy los resultados preliminares de sus estudios en el campo de los Cosmoplasmas.
Se trata del estudio de nuevos especímenes recolectados durante la última misión espacial del Dandelion II, cuatro años atrás.
Durante los últimos meses, los cosmoplasmas han sido objeto de diversos estudios para tratar de dar con su estructura y funcionamiento intimo.
El Dr. Antonov Karoslav, director ejecutivo del equipo científico, en conferencia de prensa desde el salón Webber se refirió a ellas de la siguiente manera:
Los cosmoplasmas consisten en una esfera celeste, protegida por una membrana translucida con una estructura microscópica similar a la piel; dimos el nombre de Astroepidermis a esta membrana debido a su formidable resistencia a la radiación y temperatura del espacio exterior. De esto último, hipotetizamos que los Cosmoplasmas son el resultado evolutivo de millones de años en las capas superiores de la atmósfera joviana. Prosiguiendo con la descripción, puede observarse que de la astroepidermis emergen frágiles brotes de aspecto vegetal, los cuales estan recubiertos también por una fina membrana astroepidérmica. Estos plasmopodios, como hemos decidido llamar, parecerían estar anclados por finas raíces al interior de la esfera. En ellos puede advertirse al tacto leves rugosidades esparcidas regularmente por toda su longitud. Tenemos suficientes pruebras para afirmar que se trataría de estructuras neurosensoriales sensibles a las diferentes longitudes de onda del espectro electromagnético. Por otro lado, hemos observado que los plasmopodios pueden ser usados para funciones mecánicas, como desplazar, incorporar, e imprimir fuerzas a diversos objetos. Hemos observado la capacidad de los cosmoplasmas para combinar distintas moléculas en muy diversas conformaciones espaciales, incluso con niveles elevados de entalpia.

Algunos investigadores incluso confiesan haber creído advertir señales de un objetivo desconocido pero determinado en las moléculas sintetizadas por los cosmoplasmas, como si estás operasen siguiendo un fin común, un plan preestablecido.

La estructura late imperceptiblemente; su interior esta siempre en movimiento; pueden observarse mareas de material moverse de forma heterogénea, y pueden distinguirse en su interior pequeñas esferas de luz, que brillan en diferentes tonos de cían. El patrón de movimientos parece no ser azaroso, sino estar relacionado con complejas funciones y estados de la estructura que aun son desconocidos.

Su metabolismo  es autótrofo, mediante el proceso de fotosíntesis a partir de moléculas de CO2.
Esto determina que las bolas celestes se encuentren predominantemente en las nubes de gas y polvo que rodean a las estrellas recién formadas, o quizás otros cuerpos celestes con atmósferas ricas en CO2.

Pueden intercambiar la sustancia celeste de su interior entre otras mediante la formación de puentes cilíndricos entre ambas estructuras, lo cual origina nuevas estructuras recombinantes,
con nuevos tonos y movimientos de sustancia celeste en su interior.


Luego de cierto tiempo indeterminado, las estructuras viran gradualmente del celeste al rojo, aumentan su tamaño y se vuelven inestables. La explosión libera gran cantidad de energía. Esta energía genera una pequeña singularidad que progresivamente absorbe la materia de su entorno. Alcanza así un valor de masa critico, en el cual la estructura se enciende y estabiliza, dando lugar a una nueva bola celeste. Posteriormente comienza a formarse la cubierta protectora y a germinar sus brotes.

Ciertamente lo más desconcertante es el hecho de que la estructura no es afectada por la fuerza gravitacional de nuestro planeta, pese a ser su densidad varios ordenes de magnitud mayores a cualquier cosa que hayamos encontrado, a no ser por un agujero negro.


Il Vaporetto

El vapor Fenis II zarpó en la tarde de ayer del puerto de la ciudad. Una multitud de curiosos despidió a los 37 pasajeros que navegaran durante 3 meses por las aguas del Efeo. La travesia tiene como objetivo la exploración de aguas rió arriba, en territorio no explorado. El capitán Jubilei Antonov y un equipo de científicos coordinados por el Prof. Milo Lockett buscaran obtener informacion sobre la geografia y la biomasa de la zona. Para tal motivo cuentan con un sofisticado y novedoso equipamiento producido en los laboratorios centrales.